¿Qué no vales? ¿Qué no sirves? ¿Qué nadie te quería o que nadie te mira? Estas son algunas de las palabras que las mujeres guardan en su corazón. Van creciendo en la vida sin sentirse amadas y simplemente pensando que no tienen valor por todas las cosas que van enfrentando en su camino.
Pero hoy voy a escribirte de alguien que desde el vientre de tu madre te vió y te conoció. Uno que te ama tanto, que hasta dió su propia vida por tí. Hoy quiero hablarte de Jesús. Ese que mira lo que guardas y tienes por dentro y quien llega a ti cada momento porque anhela que veas algo mejor que El mismo ha creado para tí. El te hizo llena de prodigios y virtudes, solo tienes que descubrirlos.
Hay cosas que siempre llegarán a tu corazón, y las cuales se parecerán a ese grano de arena o a esa substancia que entra a tu interior para herirte. Pero no permitas que esas cosas te controlen, ni aún te lo permitas tu misma. Mejor permítele al Espiritu Santo ser como ese nácar que toma lo negativo, lo triste, lo incómodo o lo que no te deja sacar de adentro lo que realmente eres. Se acabó el tiempo de vivir encerrada dentro de tí. Es hora de salir. Es hora de ser esa perla brillante, clara y hermosa que desde el principio Dios vió.
Jesús sabía lo que valías y por eso pagó un precio por ti. Su gracia te alcanza y te hace libre para que puedas vivir una vida de éxito y a plenitud. Asi que vive feliz y no te compares con nadie, porque cada perla es única y asi mismo su valor. Na- die podrá ni ser y hacer lo que te toca SER y HACER a tí. Eres el resultado del dolor que entró en el cuerpo de Jesús, el dolió y sufrió ya por ti y dentro de El, procesó lo que hoy es tu salvación.
Eres un producto de la gracia, asi que vive en la libertad que te regaló tu Creador.